La disfunción eréctil (impotencia) es la incapacidad para conseguir y mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales.
Si la disfunción eréctil es un problema continuo, puede provocar estrés, afectar la confianza en ti mismo y contribuir a causar problemas en las relaciones. Se estima que en España hay entre un millón y medio y dos millones de hombres que padecen disfunción eréctil.
Debe diferenciarse de otros problemas sexuales, como son la falta de deseo, las alteraciones de la eyaculación (eyaculación prematura, eyaculación retrasada y ausencia de eyaculación) o los trastornos del orgasmo.
¿Cuál puede ser su causa?
Esta patología puede deberse a causas orgánicas, como por ejemplo, déficit de testosterona, diabetes, arteriosclerosis, hipertensión, tabaquismo, fármacos, alcoholismo e insuficiencia renal entre otras. Si tenemos en cuenta que, el 85% de las disfunciones eréctiles se dan a partir de los 50 años en adelante, es lógico pensar que la mayoría de ellas por debajo de esa edad, se deben a factores psicológicos.
La ansiedad de ejecución o desempeño es el factor último que desencadena la pérdida de erección. Esta ansiedad es desencadenada por los denominados factores generadores de ansiedad.

Factores generadores de ansiedad en la pérdida de erección
Temor al fracaso
Obligación de resultados
Altruismo excesivo
Auto-observación
Otras causas psicológicas
Depresión u otras afección de la salud mental
Estrés
Problemas de pareja a causa del estrés, de la mala comunicación o de otras preocupaciones
También la preocupación excesiva por los problemas laborales, sociales o familiares implican que no se dedique la atención necesaria al acto sexual. La fatiga, la inapetencia, la falta de ejercicio, el insomnio o un fracaso laboral también desequilibran los reflejos sexuales.

¿Cómo podemos ayudarte?
Si crees que puedes tener este problema, en ISEP Clínic Jerez te ofrecemos el poder hacer una primera entrevista . En ésta se hará una evaluación para determinar si se trata de una disfunción eréctil psicógena o se trata de otro trastorno sexual. Para el abordaje terapéutico es fundamental la colaboración de la pareja, por lo que es aconsejable que acudan a consulta ambos.
El tratamiento psicológico podrá ser acompañado o no de fármacos, para ello debe ser el médico el que lo prescriba. Pero si se ha de tener en cuenta, que únicamente un tratamiento farmacológico servirá de poco para abordar una disfunción eréctil de carácter psicológico.
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