¿Quién no ha estado preocupado alguna vez? Es tu cerebro diciéndote algo útil. Puede que te esté diciendo que hay algo sobre lo que tienes que pensar más. ¡No podríamos deshacernos de las preocupaciones incluso si realmente quisiéramos!

Hay personas que se preocupan más que otras. Muchos expertos aseguran que los genes o la personalidad pueden hacer que una persona presente más tendencia a las preocupaciones. Preocupaciones que, por otro lado, pueden ser útiles. Hay una parte del cerebro llamada amígdala que se activa rápidamente cuando piensa que estás en peligro. Tiene una especie de misión «protectiva» y te prepara para afrontar y dar soluciones ante cualquier peligro.

Sin embargo, hay que aprender a conocerse a uno mismo y tomar consciencia de la realidad para saber distinguir una preocupación grande y real de un pensamiento pasajero.

Preocuparse es natural y forma parte del proceso de resolución de problemas del ser humano.

La preocupación se convierte en el paso previo para comenzar a buscar soluciones. Nuestra mente, lanza la alerta y comenzamos un dialogo interno para analizar comportamientos posibles y prever consecuencias posibles etc. La preocupación surge del proceso de planificación de las acciones y por lo tanto esto es normal.

¿Y cómo la gestiono?

Lo que nunca debes permitir es que nuestra mente vaya por libre y escenifique situaciones ficticias y poco realistas. Esto desembocará en que termines recreando estas ideas catastróficas y te veas dentro de un bucle que te hará sufrir. Si dejas tu mente «libre» corres el riesgo de crear escenarios (poco realistas) a veces incluso el peor escenario posible y esto tiene un efecto paralizante.

¿Cuántas veces te has visto envuelto en diálogos internos catastrofistas contigo mismo? Eso es, precisamente lo que te impide pasar a la acción y dar soluciones ajustadas y reales a la raíz del problema.

Lo primero que hay que hacer cuando detectes la presencia de pensamientos intrusivos es intentar mantener la calma, estos pensamientos no tienen por qué ser importantes, pues suelen estar basadas en preocupaciones infundadas, sin base real. muchos expertos recomiendan el observar esos pensamientos, sin analizarlos ni darles demasiadas vueltas, como viéndolos pasar de largo, sin darles más importancia y prácticamente riéndote de ellos.

Existen algunas técnicas que han demostrado ser muy eficaces frente a los pensamientos intrusivos. Por ejemplo, el mindfulness u otros tipos de meditación

Trucos para afrontar esos pensamientos intrusivos:

  1. Visualiza esos pensamientos intrusivos como si fueran unas nubes: que campean tranquilamente por un cielo azul pero que solo vienen de visita o como esa mosca pesada que revolotea alrededor, solo tienes que ser paciente, aguantar hasta que se canse y se vaya.
  2. Imagina que esos pensamientos intrusivos son como una especie de ruido, cuanto más te focalizas en él e intentas ignorarlo, más te molesta. La respuesta es sencilla, paciencia y se irá, préstales la atención necesaria, es decir, la mínima.
  3. Trata los pensamientos intrusivos desde la posición de observador. como si fueran una película, sin ser nada referente a nosotros.
  4. Relativiza el pensamientos y sé consciente de que el que llegue no quiere decir que vaya a quedarse, pasará y su paso no causará ninguna consecuencia.

Los pensamientos terminarán marchándose

Los pensamientos negativos son fugaces y temporales. No tienen poder real propio, pero pueden hacer mucho daño si les das la oportunidad de crecer, desarrollarse y asentarse en tu mente. Tú eres quién le otorga el poder a ese pensamiento y se activan, ganando consistencia, si les das cancha. Desactivarlos después es una tarea difícil: ya no es un pensamiento, hablamos de una dinámica.

¿Necesitas desactivar esos malos pensamientos?

Si no has sido capaz de detectar esos pensamientos negativos antes de que tengan tiempo de atrincherarse en tu cabeza y ves que es tarde siempre te queda la ayuda profesional.

En ISEP Clínic Jerez ofrecemos un servicio especializado en la detección, diagnóstico, tratamiento y atención de todos aquellos problemas psicológicos, conductuales y emocionales. Contamos con un equipo  que trabaja de forma individualizada y personalizada tu caso. Afrontamos todo tipo de problemas psicológicos en adultos y te ayudamos en la vuelta al trabajo de forma efectiva y positiva.